¿Castigo de Dios o prueba del diablo? (Parte 4)

Terminando con esta enseñanza vamos a establecer y presentar varios argumentos que desgraciadamente el cristiano tradicional ha tenido en su mente para decir que Dios manda males, que castiga, aprieta, ahorca, etcétera. Todos estos son argumentos en su mente que tienen que ser renovados con la revelación del nuevo pacto en Cristo Jesús:

“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,” (2 Corintios 10:3-5)

  • El caso de Job

Mucha gente se excusa cuando están padeciendo alguna enfermedad o cosa mala en su vida para decir que «quiénes son ellos, pues hasta Job tuvo que sufrir», que «Dios le mandó o permitió “soberanamente” esos males a Job con un fin», y muchas cosas más. Ahora, déjeme decirle algo, en realidad hay mucho que explicar a detalle sobre este tema, pero trataré de resumirlo lo más posible y lo estaré retomando en otras enseñanzas.

En el capítulo 1 y 2 de Job podemos ver lo que le pasó a él, a su familia y a lo que poseía. Matan a sus criados (Job 1:15), a las ovejas y a los pastores (Job 1:16), por cierto, dice “fuego de Dios cayó del cielo” más adelante estaremos hablando acerca del problema de la “teovisión” de autores bíblicos. Después matan a sus camellos (Job 1:17), después trágicamente mueren sus hijos e hijas (Job 1:18-19) y hasta le pega una sarna terrible (Job 2:7-8).

La Escritura nos dice claramente los factores por los cuales le pasó eso a Job; como comenté anteriormente, a este punto del caso de Job se le merece dar toda una enseñanza porque hay mucho que explicar, pero en esta enseñanza tocaré lo más relevante para que usted como lector que ha recibido en su corazón y abrazado el tema de la bondad de Dios pueda dar razones al que las demande (1 Pedro 3:15). En Job 3:25-26 dice lo siguiente:

Job 3:25 Porque el temor que me espantaba me ha venido,

Y me ha acontecido lo que yo temía.

Job 3:26 No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado;

No obstante, me vino turbación.

Aquí podemos ver razones por las cuales a Job le pasa esto, y también lo podemos analizar en Job 1:5 y lo resume todo en las siguientes 3 frases: ¡Temor, duda y la constante mala confesión! Job tuvo miedo, y dice en Proverbios lo siguiente:

Proverbios 10:24 Lo que el impío teme, eso le vendrá; …

Proverbios 29:25 El temor del hombre pondrá lazo; …

También en el nuevo pacto podemos ver lo siguiente:

1 Juan 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

Job tuvo miedo, y ese miedo constante que él tuvo le trajo como consecuencia todo lo demás, tragedias lamentables que por supuesto Dios no provocó ni permitió “soberanamente”.

En Job 3 también podemos ver la desesperación de Job y las palabras de maldición que dice contra Dios como por ejemplo:

“Perezca el día en que yo nací…”(Job 3:3)

“Sea aquel día sombrío,

Y no cuide de él Dios desde arriba” (Job 3:4)

“¿Por qué no morí yo en la matriz o expiré al salir del vientre?” (Job 3:11)

Etcétera, etcétera. Todo esto llega al grado de que la misma duda de saber quién fue el que causó lo malo asaltara a Job: “Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está?” (Job 9:24). Era obvio que después de tanto mal a cualquier persona que tiene un concepto de un Dios castigador también le asalta esa duda.

Job en su “teovisión” culpó a Dios hasta diciendo: “Jehová dio, y Jehová quitó”, pero: ¿a qué me refiero con “teovisión”? Me refiero al concepto que Job, determinado autor, personaje bíblico o inclusive traductor tenía de Dios mismo. La Biblia es veraz en saber que podemos estar seguros que todo lo que dice que pasó ciertamente pasó, pero debemos saber discernir qué cosas debemos tomar como ejemplo y qué cosas no. Por ejemplo en Josué 10:13 dice que “el sol se detuvo”, pero nosotros sabemos que en realidad el sol siempre está detenido, y como así lo vio el autor, entonces así lo escribió.

La Biblia también dice que Judas se ahorcó: ¿nos ahorcaremos nosotros también?, la Biblia dice que Timoteo tenía frecuentes enfermedades del estómago: ¿Lo tomaremos como ejemplo para aceptar la enfermedad o creeremos y nos apropiaremos de Isaías 53:5 que dice que por su llaga fuimos nosotros curados? Por eso dice la claramente la Palabra: “antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso…”(Romanos 3:4).

En Job 38 Dios confronta a Job de todo lo que le acusa:

Job 38:2 ¿Quién es ése que oscurece el consejo

Con palabras sin sabiduría?

Job 38:3 Ahora ciñe como varón tus lomos;

Yo te preguntaré, y tú me contestarás.

En la actualidad a mucha gente le hace falta una confrontación de Dios a sus vidas de esta manera, porque desgraciadamente lo culpan de todo con la excusa de: “son los propósitos soberanos de Dios, Él sabe por qué lo hace hermano”, pero ¡NO culpe a Dios! ¡No es Dios el causante de lo malo! Es el mismo Satanás con la ayuda por supuesto del hombre que le da cabida (Juan 10:10, Juan 8:44, Efesios 4:27, 2 Corintios 2:11).

Después de esta confrontación Job dijo:

Job 40:4 He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé?

Mi mano pongo sobre mi boca.

Al final de la historia Job se arrepiente del mal que habló contra Jehová:

Job 42:3 ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?

Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;

Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.

Job 42:4 Oye, te ruego, y hablaré;

Te preguntaré, y tú me enseñarás.

Job 42:5 De oídas te había oído;

Mas ahora mis ojos te ven.

Job 42:6 Por tanto me aborrezco,

Y me arrepiento en polvo y ceniza.

Esa actitud de Job de arrepentimiento fue la que vio Dios para restituirle todo lo que el diablo le había quitado. Entonces podemos ver que Dios queda exento de todo ese mal que le sucedió a Job.

  • Juan 11:4

Otro argumento que alguien puede dar es este versículo de Juan 11:4, que dice lo siguiente:

Juan 11:4 «Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»

Bueno, para derribar este argumento vamos a analizar el contexto bajo el cual está hablando Jesús e identificar en qué momento es glorificado el nombre de Dios. En Juan 11:11, 23, 25, 40, Jesús está hablando e invitando a sus discípulos y a María a actuar en fe, y a no ver las circunstancias, para que pudieran ver la gloria de Dios, nótese que se esperaba ver la gloria de Dios y por supuesto al momento del milagro se iba a ver esa gloria, y a partir de ese milagro muchos judíos glorificarían a Dios y creerían en él (Juan 11:45).

Para mayor estudio personal le dejo los siguientes versículos que hablan acerca de que el nombre de Dios es glorificado no por el mal, sino cuando sucede la sanidad o el milagro: Mateo 15:31, Lucas 5:24-26, Lucas 7:14-16, Hechos 4:21-22.

  • Juan 9:3

Aquí va el siguiente argumento que vamos a derribar a la luz del nuevo pacto, la mención de este versículo para decir que es necesario que pase algo malo con el objetivo de que se manifieste el poder de Dios:

Juan 9:3 «Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.»

Cuando muchos cristianos leen este versículo ya cierran su Biblia al finalizarlo de leer, y no escudriñan a raíz el tema. Hay 2 cosas que tenemos que saber para saber la verdad sobre este texto:

  1. Saber que en el original griego no hay la división por capítulos ni versículos que conocemos hoy, es decir, se escribía todo corrido, no había signos de puntuación, comas, signos de interrogación, etcétera, que más tarde inclusive se añadieron en versiones del mismo griego, pero originalmente no están.
  2. El contexto que podemos ver en los siguientes 2 versículos.

Habiendo explicado esto, vamos a leer los versículos 3 y 4 de manera corrida:

“Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.”

¿Se pudo captar de lo que estoy hablando? Ahí el enfoque del que Jesús está hablando no es el de decir que es necesario el mal para que Él pueda obrar, el punto del cual Jesús está hablando es el de ejercer su ministerio siendo luz en medio de las tinieblas mientras estaba aquí en la tierra, porque luego no estaría Él:

Juan 9:5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.

Esto concuerda también con Juan 11:9-10:

Juan 11:9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;

Juan 11:10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.

Jesús mismo ascendería al Padre y por supuesto ahora nos toca a nosotros hacer las mismas obras que Él hizo y con mayor gloria:

Mateo 5:14 Vosotros sois la luz del mundo;una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

Mateo 5:15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero,y alumbra a todos los que están en casa.

Mateo 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Juan 14:12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

  • Jehová “enviando” males

Una muestra muy clara de mencionar este argumento es hablando de Números 21:6:

Números 21:6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.

La palabra hebrea original para envió es la palabra “shalaj” que entre otras acepciones significa también “dejar” o “permitir”. En pocas palabras, aquí lo que dice es que Jehová dejó o permitió entre el pueblo que llegaran serpientes ardientes por su murmuración contra Dios y contra Moisés (Números 21:5) y les vino eso malo de parte del destructor.

¿Cómo confirmamos esta declaración? Lo invito a irnos a la siguiente evidencia:

Salmos 81:11 Pero mi pueblo no oyó mi voz,

E Israel no me quiso a mí.

Salmos 81:12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón;

Caminaron en sus propios consejos.

Puse entre negritas la frase “los dejé” porque: ¿saben qué palabra hebrea es ahí? ¡Es precisamente la palabra “shalaj”! Ahí el traductor sí lo escribió bien, que Jehová dejó a su pueblo a la dureza de su corazón debido a que el pueblo no lo quiso.

Esta misma palabra también aparece en la siguiente cita:

Isaías 27:10 Porque la ciudad fortificada será desolada, la ciudad habitada será abandonada (“shalaj”) y dejada como un desierto; allí pastará el becerro, allí tendrá su majada, y acabará sus ramas.

Otro ejemplo clarísimo también lo podemos ver en Isaías 6:9-10:

Isaías 6:9 Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.

Isaías 6:10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.

Ahí dice que Isaías está orando para que Dios engrosara el corazón del pueblo, pero en el nuevo testamento Jesús mismo menciona esta Escritura:

Mateo 13:14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:

De oído oiréis, y no entenderéis;

Y viendo veréis, y no percibiréis.

Mateo 13:15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,

Y con los oídos oyen pesadamente,

Y han cerrado sus ojos;

Para que no vean con los ojos,

Y oigan con los oídos,

Y con el corazón entiendan,

Y se conviertan,

Y yo los sane.

Ahí no dice que Dios ha engrosado, dice (haciendo la mención del libro de Isaías) que el corazón de este pueblo se ha engrosado, ¿ve la diferencia? De hecho la versión bíblica Septuaginta, que es una de las más viejas traducciones, y que por cierto se cree que es la que Jesús mencionó al momento de citar versículos de la Escritura, dice de la siguiente manera:

Isaías 6:9 Y dijo: «Ve y di a este pueblo: «Con oído oiréis, y no entenderéis, no; y mirando, miraréis, y no veréis, no.

Isaías 6:10 Pues ha engrosado el corazón de este pueblo; y con sus orejas pesadamente han oído; y los ojos han cerrado, para que jamás vean con los ojos y con las orejas oigan, y con el corazón entiendan; y se conviertan; —y los sanaré.”

Podemos ver también otro versículo de este evento y que muestra acerca de la manera “permisiva” en que se traduce una palabra, es decir, que Dios permite lo que el hombre permite:

Salmos 119:70 Se engrosó el corazón de ellos como sebo,

Mas yo en tu ley me he regocijado.

Esto concuerda perfectamente con el versículo mencionado por Jesús en su ministerio: Dios permite lo que el hombre permite. Otro ejemplo (de muchos) lo puede leer en Génesis 9:11 cuando Dios establece por medio del arcoíris que la tierra ya no sería destruida con diluvio, dice: “…y no exterminaré…”, como diciendo que Dios ya no la exterminaría, pero en el hebreo original y en infinidad de traducciones dice que “no perecerá”, o “nunca más serán exterminados” o “nunca más serán destruidos”. ¿Se da cuenta de la importancia que tiene conocer la palabra original y las traducciones para poder entender un pasaje?

  • Dios prueba a Abraham

Siguiendo con el tema, ahora hablaremos de cuando Dios prueba a Abraham para que sacrificara a Isaac:

Génesis 22:1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

Efectivamente, aquí habla acerca de que Dios probó a Abraham, pero la siguiente pregunta es: ¿Dejó Dios que Abraham matara a su hijo? La respuesta es NO, porque Dios sí prueba, pero prueba la mente y el corazón con Su Palabra, y no con ningún mal, veamos la evidencia bíblica:

“Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.” (Salmos 7:9)

«Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges,

Y en tu ley lo instruyes,” (Salmos 94:12)

“El crisol para la plata, y la hornaza para el oro;

Pero Jehová prueba los corazones.” (Proverbios 17:3)

Escudríñame, oh Jehová, y pruébame;

Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.” (Salmos 26:2)

Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.” (Jeremías 17:10)

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16-17)

A Dios le agradó esa fe que tuvo Abraham, de que sin titubear ni dudarlo ofreció a su hijo en holocausto, consciente de que regresaría con su hijo (Génesis 22:5, 8) porque sabía de que este acto estaba apuntando a algo que sucedería más adelante, cientos de años después: ¡el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo! Es por eso que dice la Palabra que Abraham se gozó de que había de ver su día, lo vio y se gozó (Juan 8:56).

La Palabra de Dios nos dice que Dios no nos prueba con el mal (Santiago 1:13), porque Dios es amor (1 Juan 4:8), y el amor no hace mal al prójimo (Romanos 13:10).

Otro caso parecido es cuando Jesús probó al joven rico (Mateo 10:17-23) y le dijo que vendiera todo lo que tenía, y que lo diera a los pobres, para probar su mente y su corazón, pero el joven se fue triste: ¿cuántos saben que Jesús no lo iba a dejar sin nada? Eso lo hizo para probar la mente y el corazón del joven, acerca de qué tanta disposición tenía para seguirlo. ¡Dios es Bueno!

  • El aguijón de Pablo

Por último tocaremos el punto tan famoso del aguijón de Pablo, tan sencillo de responder pero a veces la misma mentalidad religiosa no lo puede ver y se cierra, pero necesitamos disponernos para recibir la revelación de un versículo en la misma Palabra con mansedumbre y humildad (Santiago 1:21).

2 Corintios 12:7 “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;”

De este versículo se toma para decir que Dios le mandó este aguijón a Pablo, que para que no se creyera o enalteciera tanto, como diciendo: “Heyy espérate Pablo, calmado, no te vayas a creer todo lo que dice la Biblia ee, sí dice eso pero no quiere decir eso”, lo digo irónicamente porque así cree un gran segmento de la religión, que un versículo no quiere decir lo que dice, que Dios no quiere que seas enaltecido, que Dios no quiere que seas próspero, que Dios no siempre quiere tu sanidad y un sinfín de cosas que a veces ¡Hasta cuesta creer que esta gente crea en su propia existencia!

Para empezar, en este versículo NO DICE que Dios le mandó ese aguijón, ¿o sí dice? ¿Verdad que no dice? Ok. Prosigamos. Ahora, vamos a ver lo que SÍ DICE de quién le mandó ese aguijón, retomando una parte del versículo dice:

“…me fue dado un aguijón en mi carne (nótese que ¡no dice que Dios se lo mandó!), un mensajero DE SATANÁS que me abofetee…(2 Corintios 12:7)

Ahí dice que Satanás se lo envió, como dice mi pastor y maestro Jonatán Meza: “Vas a necesitar un teólogo chafa para que te enrede ahí”.

El mismo diablo es el que estaba en contra de todas las poderosas revelaciones que había recibido Pablo, porque él sabe muy bien que con esas revelaciones le iba a dar en la cabeza, y lo exhibiría dándole a conocer su posición derrotada respecto a Cristo y a la iglesia. Por cierto este aguijón era la misma persecución que tenía Pablo por causa del evangelio:

2 Corintios 11:24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.

2 Corintios 11:25 Tres veces he sido azotado con varas;una vez apedreado…

Esta misma persecución es la que Dios garantiza para los que quieran vivir piadosamente:

2 Timoteo 3:12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;

¡Pero dele gracias a Dios que NO DICE ENFERMEDAD! Siempre habrá persecución y oposición cuando uno habla la Verdad, pero eso no nos tiene que preocupar, de cualquier peligro que corramos Dios nos libra porque como dice el versículo anterior:

2 Timoteo 3:11 persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía,en Iconio,en Listra;persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.

¡De todas nos libra el Señor!

Espero que les haya servido esta enseñanza y así haya contestado muchas dudas que tenían respecto al tema. A veces una verdad que siempre ha estado en la Biblia, simplemente por no haberla escuchado al principio nos puede parecer rara, pero realmente como se ha dado cuenta ¡no tiene nada de rara! Raro sería tener el concepto de un Dios de Amor, pero que a la vez puede matar a alguien, o “permitir” que alguien muera con un fin soberano, que prácticamente a eso se le llama ¡homicida intelectual!

Pero gracias a Dios por la revelación de esta preciosa Palabra de fe que nos ha abierto los ojos del entendimiento y espirituales en muchas áreas que teníamos vendadas. Muchas gracias por estar al pendiente de estas enseñanzas y estaremos publicando muchísimas más.

¡Dios los bendice!